Postre exquisito que era frecuente en todas las celebraciones de las casas de aldea de Trasona en las que tenían leche fresca de vaca.
Se recogía leche unos días antes y se cuajaba con cuajo o garbanzos dos o tres días, luego se ponía a escurrir colgada dentro de un paño limpio blanco para quitar el suero, se podía servir batida con un poco de leche, pero lo normal era dejarla cuajada y servirla con el azúcar al lado para que se añadiese al gusto, “mucho mejor que el yogurt o requesón”.
Y si de primer plato no se comía el arroz, se comía fabada o pollo asado de postre era el arroz con leche.